Por Prensa Obrera
El presidente argentino Javier Milei y su ministra de seguridad Patricia Bullrich lanzaron desde el primer minuto de su mandato una feroz campaña contra la protesta social que pone en peligro las libertades democráticas en Argentina.
La situación está escalando hacia la persecución de los opositores. En primer lugar hacia los activistas populares, en especial del movimiento piquetero –la organización de los desocupados y precarizados, en los barrios más humildes.
Un ejemplo claro es la imputación de “sedición” y “terrorismo” contra quienes protestaron contra la “Ley Bases”, que entrega el país al gran capital financiero. Aún hay compañeros detenidos, y el gobierno llegó a declarar un virtual estado de sitio durante las manifestaciones en el Congreso.
Un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) reveló que, en los últimos seis meses, 665 personas fueron heridas, 80 sufrieron detenciones arbitrarias, y 47 trabajadores de prensa resultaron heridos solo en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. A esto también se suman los informes de Amnistía Internacional denunciando el deterioro de la democracia y las libertades en el país.
Las fuerzas de seguridad nacionales han allanado comedores y centro populares en la Ciudad de Buenos Aires, y ahora también en la provincia de Buenos Aires y en Neuquén. Afectando a organizaciones como el Polo Obrero, el MTR Histórico, Barrios de Pie, y muchas otras. Estamos hablando de decenas de compañeros cuyos hogares fueron allanados, detenidos y procesados.
La represión también alcanza al movimiento obrero. La policía ha ingresado a establecimientos para interrumpir asambleas y reprimir protestas del neumático-Sutna, de estatales, entre otros.
El movimiento en solidaridad con la causa palestina ha sido atacado, con activistas procesados por sus comentarios en redes sociales. Entre ellos, la diputada Vanina Biasi.
El centro del ataque es el Polo Obrero, con miembros enfrentando el riesgo de encarcelamiento por organizarse en sus barrios. Milei y otros personajes de la ultraderecha amenazaron de muerte a dirigentes como Eduardo “Chiquito” Belliboni.
Una de las acciones más graves fue el allanamiento del local central del Partido Obrero (del Frente de Izquierda). Esto motivó una presentación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con el apoyo de todos los bloques opositores.
Las mentiras mediáticas, los ciberataques y las maniobras judiciales están copiados de la ultraderecha europea y estadounidense. Milei busca culpar a los más empobrecidos y vulnerables de la crisis.
Pero la realidad es al revés. Es el esfuerzo de los trabajadores y sus organizaciones lo que sostiene la subsistencia frente a un gobierno que se desentiende de las consecuencias sociales de sus políticas de austeridad.
La otra cara de la represión del gobierno es su corrupción. Se destaparon escándalos de reventa de alimentos destinados a los más necesitados y la retención de toneladas de comida mientras el pueblo argentino pasa hambre.
Si no frenamos esta situación, Milei logrará su objetivo de imponer más recortes y terminar con las libertades políticas.
¡Libertad a todos los presos políticos y cierre de las causas persecutorias de la justicia de Milei y Bullrich! ¡Abajo la persecución al movimiento piquetero, a los sindicatos y al movimiento popular!