Lecturas para meses de lluvia

Por Primo Jonas

La vida no está hecha sólo de grandes victorias. Ésta, la última, de hecho todavía nunca ha llegado. Parece no tocar fondo la situación mundial para los y las que bregamos por el fin de la explotación humana, por un mundo que nace y vibra en las luchas sociales. La pandemia de 2020 vino a confirmar esta realidad. Acá en Argentina, el episodio de proporciones globales se impuso como amenaza sanitaria a un país de pocos recursos, y de forma lúcida la casi totalidad de la izquierda y de la extrema-izquierda llamó a las medidas de cuarentena, remarcando la necesidad de que el Estado realizara un control sanitario mientras la población era concientizada de los efectos de la transmisión del virus. Escenario diferente de lo que ocurre en Europa, donde la agenda anti-control gubernamental se confunde con la agenda anti-sanitaria, y la extrema-izquierda y la extrema-derecha se mezclan en la lucha callejera que los encuentra en el mismo lado de la trinchera (situación que ya estaba presente en los Chalecos Amarillos franceses o en el independentismo catalano).

Como un extranjero en Buenos Aires, confieso que este momento que vivimos en la izquierda argentina, este sueño del voluntarismo, para compararlo con el sueño de la razón del famoso grabado de Goya, puede producir, en lugar de monstruos, algo nuevo. La vida está llena de pequeñas cosas nuevas que pronto mueren y desaparecen, como desapareceremos un día en forma de polvo estelar. El voluntarismo no debe ser confundido con la disposición, con la energía que uno o una encuentra en construir espacios colectivos, entrar en contacto con diversas personas e ir a diversos lugares, con más o menos adrenalina, con más o menos estudios. Eso es la voluntad a secas, y es tan necesaria como el sol. Te pone en movimiento, aunque sea para retos de corto aliento. Y es claro que en momentos de agitación y cuando la importancia de los eventos gana alguna escala, el nivel de actividad tiene un poder efectivo. Pero otra cosa es la subjetividad puramente militante, que supone haber un aumento organizativo de la clase correlato al activismo frenético de uno mismo. Al voluntarismo no le importa conocer y estudiar el mundo, dado que el resultado de una acción sería siempre producto del nivel de voluntad de la misma.

Lecturas para meses de lluvia

¿Y si la voluntad sola no resuelve nuestros problemas? ¿Toca padecer una amarga frustración? Volver a participar de reuniones presenciales, actividades de encuentros, alguna marcha por algún conflicto específico… “lo mismo que siempre se hace”, como tantas veces se repite de diferentes formas, incluso con buenas intenciones: “los mejores, los únicos, los métodos piqueteros…” ¿Acaso el capitalismo no es duchísimo en aprender e incorporar los métodos de lucha en su propia dinámica? ¿Qué se dice de un jugador que aplica siempre la misma estrategia? Ese conservadurismo militante es parte de la disciplina política heredada del tiempo de los caudillos, atentos a controlar sus bases y resguardar su dominio sobre “la posta”. Pero tampoco faltan quienes activamente al día de hoy siguen buscando caudillos de izquierda, vivos o muertos. ¿Acaso no son esos, nuestros caudillos, los que más representan al pasado? Ahí tenemos, de un lado Elon Musk, Jeff Bezoz, Bill Gates, del otro están Maduro, Kim Jong-un, Fidel Castro. De un lado el globalismo corporativo que desarrolló la internet como hoy la conocemos, del otro, líderes nacionalistas que representan un pasado que se supone que fue bueno, pero que al día de hoy sobreviven agarrados del militarismo más rancio. ¿A quien le debería asombrar que la juventud que escucha trap esté mucho más interesada en cryptomonedas que en defender regímenes nacionalistas de partido único?

Bueno, para quienes no sabemos qué hacer en este momento de moral tan baja, en lugar de recomendar algunas series, que de ese tipo de recomendación ya las hay demasiado, veamos algunos libros interesantes para conocer más de la última ola de agitación mundial de trabajadores, ola esa que moldó a su forma nuestro mundo actual.

Empezamos con New Thing (2004), de Wu Ming I. Wu Ming es un colectivo italiano de autores que firman con un nombre colectivo (Wu Ming I, II, III, etc), y disponibiliza todas sus obras y algunas traducciónes en su sitio. New Thing es un “Objeto narrativo no identificado”, una novela policíaca hecha con recortes al estilo bricollage de voces y registros, y nos sumerge en el ambiente del jazz de Nueva York en el momento más caliente de las tensiones raciales estadunidenses: las rebeliones violentas en diversas ciudades, las varias organizaciones (desde religiosas hasta sindicales), una juventud que empujaba al mundo con sus creaciones y su energía. Es la historia social y colectiva de los descendiente de esclavos que salían de los estados del sur y migraban para las grandes ciudades que por ese entonces concentraba la demanda creciente de mano de obra industrial, en una época en que las huelgas salvajes y el activismo de base estaba en auge en todo el país (y en el mundo…). Todo este movimiento de organización y lucha de las comunidades negras repercute en jóvenes músicos del jazz, que avanzan hacia la vanguardia y proponen nuevas sonoridades en ese estilo, a veces ahuyentando al público común. En el Brooklin empiezan a sucederse asesinatos de músicos negros, todos ellos involucrados en la “escena” del free jazz, también llamado entre los integrantes de esta escena la new thing, la nueva cosa. ¿Quien estará por detrás de los asesinatos? ¿Qué los motiva? El misterio lo va a tratar de resolver una joven periodista de un pequeño periódico del barrio. Pero esa simple narrativa alza vuelo por medio de la polifonía que construye no solamente la trama particular, sino los diversos elementos de la época, los personajes laterales, notas ficticias de periódicos, en un montaje que le da un ritmo compasado, sin convertirlo en un enrosque conceptual. Aquellos que siempre pensaron que el arte está a servicio de la política, seguramente estarán ahora leyendo a Lenin. Lo interesante de leer a New Thing es después escuchar a tipos como John Coltrane o Ornette Coleman y entender que estos músicos increíbles hacían parte de un movimiento que estaba cuestionando las estructuras mismas de la sociedad estadunidense. El free jazz era la forma que encontraban para expresar eso por medio de sus instrumentos y sus composiciones. A mi, que nunca fui un conocedor de jazz, me cambió la forma de escucharlo.

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El segundo libro también es una obra sobre intensidades. Los invisibles (1988) de Nanni Balestrini, cuenta la historia de un joven italiano que en la década de 70 participa activamente de la agitación social que tomó cuenta del país, y que casi termina en una guerra civil. La huelgas salvajes y manifestaciones obreras del final de los años 60 abrieron paso para una radicalización social muy amplia, llegando a su cumbre en el año 77, con el posterior descenso que significó la prisión de decenas de millares de personas, el aplastamiento jurídico del movimiento y una rápida adaptación social hacia la normalidad. En poco tiempo se olvida esa “época de los extremismos” y muchos de esos millares de compañeros y compañeras se encuentran hasta el día de hoy en la cárcel. Habiendo pasado tan poco tiempo de ese desenlace, Balestrini escribe un libro donde el final ya lo conocemos. La obra arranca desde dos tiempos narrativos diferentes, el protagonista en la escuela y sus primeras experiencias de insubordinación colectiva, y el protagonista detenido, siendo trasladado entre cárceles y presentado a instancias de juicio. El espíritu de la época Balestrini lo plasma en el hecho de que ambas líneas narrativas son historias de lucha incansable. De este libro se ha dicho que es una especie de “poema épico”, pues tiene un ritmo como si se tratara de una recitación continua, sin los silencios de una lectura quieta y “burguesa”, subjetiva. Quizás siguiendo la tradición de los héroes antiguos en detrimento de los héroes cristianos, los protagonistas no son héroes por su sacrificio o por su pureza, lo serían más bien en el sentido de que la historia les permitió realizar hechos impensables hasta entonces. No tenían ellos mismos su propios héroes a quien imitar. Estaban en contra del Estado, de los partidos y de los sindicatos. El libro está editado por Anagrama, pero también está disponible online.

El último libro de nuestra lista es La generación de la utopía (1992, editorial Txalaparta), del autor angolano Artur Pestana (también conocido como Pepetela). Las luchas de liberación nacional africanas fueron una gran influencia política al rededor del mundo e hicieron parte del ciclo de luchas de los años 60 y 70, aunque con un componente militar y político más fuerte que las luchas sociales de otras partes del mundo. Podemos también decir que su derrotero fue parte del escenario más amplio de integración de aquellas luchas al nuevo cuadro del capitalismo vencedor. Este último ciclo de agitación obrera mostró que las empresas podían (y deberían) aprovechar más que el trabajo brazal y aburrido de su mano de obra. A su vez, las luchas por la independencia nacional también abrían paso para nuevas oportunidades de negocio, nuevas clases dominantes, nuevas modalidades de capitalismo local. Pepetela nos ofrece un viaje en el tiempo acompañando a un grupo personas unidas en la juventud, casi todas involucradas en el vorágine del activismo y de las discusiones políticas de los años 60. Se conocen al frecuentar una casa de estudiantes africanos en Lisboa, en un Portugal fascista y colonialista, deparándose ya desde muy temprano con las contradicciones del nacionalismo y del racialismo que hasta los días de hoy asombran la militancia de izquierda. El libro se divide en 4 partes, cada una separada por una década de distancia de la otra, décadas que van distanciando y aproximando los personajes por la geografía y por los procesos políticos: la vida estudiantil en el extranjero y el estallido de las primeras luchas contra el colonialismo en Angola; la guerra por la independencia nacional en el interior del país; la independencia nacional y la inmediata guerra civil entre los bandos vencedores; y por fin, la normalización capitalista de la mano de una nueva clase dominante local. La desilusión del autor con el proceso político y militar es clara desde un principio, y nos permite entender la obra como un balance histórico del autor, quien participó en el front de la guerra pasando luego a ser viceministro de Educación del nuevo gobierno nacional. Es la desilusión necesaria para encarar las contradicciones y los diferentes “tipos sociales” que habitan los procesos políticos (los idealistas, los oportunistas de primera hora, los de última hora, etc), aspectos ineludibles de la historia de un movimiento tan importante, parte integrante de este último ciclo de luchas global, nuestra última gran derrota.

Las imágenes que ilustran este artículo son algunas de las Pinturas Negras del pintor español Francisco de Goya (1746-1828)

2 COMENTÁRIOS

  1. Tudo vai bem!

    -Finalmente Zuk vai implantar o Metaverso para todos e “todes”

    -A senhora ciência achou um planeta fora da nossa galáxia,o entusiasmo é geral,quem sabe chegamos lá em dobra espacial na enterprise?

    -A Impressora DX chegou para editora anarquista. Agora vai?

    -O “Rebelião da Extinção” protesta no COP26 contra a “insensibilidade” dos governantes

    -Bezos lança uma nova estação especial,a Orbital Reef,descrita em comunicado à imprensa como um parque empresarial

    -Pedante,aquele do Twitter e do Mastodon,que acredita na integração entre sujeitos, comemora mais uma cicleata para provar que em Sampa também tem amor

    -A nova criptomoeda Round 6 valorizou 20.000% em uma única semana

    -Articulista avalia ser possível usar as predições de Hari Seldon, personagem de A Fundação,de Isaac Assimov,para prever a próxima bolha

    -Ativistas do PSOL condenam Ciro Gomes por “só pensar em eleições”,atacando Lula dia e noite

    -Ativistas pelo Voto Nulo postam no Facebook e no Twitter mais um aniversário de Emma Goodman

    -No Halloween Mariana indaga a mãe desempregada com qual fantasia ela irá pra escola recém aberta.

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